Nos encontramos en un momento en que los churros han vuelto a nuestros establecimientos, una vez terminada la desescalada, después de tentas semanas en casa confinados.
¿Pero que es el churro? ¿De dónde proviene? El churro es una masa a base de harina cocinada en aceite.
Sus ingredientes básicos son agua, harina de trigo, aceite y sal.
Su forma puede ser recta, en forma de bastón, en lazos o en espirales. En sus variantes modernas, a veces pueden tener relleno o estar rebozados de azúcar, chocolate, crema pastelera o dulce de leche. Suelen consumirse en el desayuno o en la merienda, junto con una taza de chocolate caliente café.
Su origen es desconocido. Algunos hablan que su procedencia puede ser de China, exportados por los portugueses. Otros que su procedencia es española por parte de los pastores como sustituto del pan.
Hay que saber apreciar la diferencia de un buen churro hecho artesanalmente y de aquellos que son comprados y que vienen congelados, se sabe muy bien que el sabor no es el mismo que el de aquella masa fresa y poco fermentada que le da ese punto crujiente.
¿Entonces, cual es el problema del consumo del churro? Su principal problema reside en las calorías que contiene el churro, no es conveniente abusar de este manjar. Simplemente su consumo debe ser ocasional, para momentos de placer de tu paladar.
Por tanto, sea responsable en el consumo del churro y en el momento social en el que nos encontramos, hay que ser prudente y poder disfrutar de los pequeños momentos y placeres.
Finalmente, un negocio de churros sigue siendo hoy en día una buena idea de negocio de alimentación. La venta de churros se ha disparado una vez terminada la cuarentena. Tenemos que tener en cuenta que los churros siguen despertando mucho interés entre los consumidores. Estudios acreditan que el negocio del churro crece cada año y de ahí que la frase se venden como “churros”.